Kevin Vidaña

Kevin Vidaña: “Es importante que los entrenadores se revelen contra la imposición de los conocimientos”

Hay entrenadores, y entrenadores. De todo tipo. En estas, nos cruzamos con Kevin Vidaña, un joven entrenador de Granada cuyo valor diferencial es su visión del fútbol y de la formación.

Dos años atrás, no dudó en hacer las maletas rumbo a China para seguir abriéndose puertas en los banquillos. Hoy, dos años después, se encuentra al frente del Guizhou Fengyun, equipo de la cuarta división del fútbol chino con un ambicioso proyecto de alcanzar la League Two en los próximos años. Además, va más allá, y se encarga de coordinar los equipos de cantera del club, y los colegios con los que el Club tiene acuerdo, en un país en el que el fútbol es asignatura obligatoria

En su llegada a China, compartía staff con tres españoles más. Ahora mismo, y desde hace meses, es el único español que sigue embarcado en el proyecto. En medio de la situación de pandemia actual, Kevin ha encontrado sin embargo en tierras chinas un lugar en el que desarrollarse y nutrirse de nuevas corrientes, y desde allí, sigue haciendo un llamamiento a la necesidad constante de formación y aprendizaje de los entrenadores.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos en los banquillos?
Fueron en Granada, donde reside mi familia y he vivido tantos años. Allí decidí ser entrenador, estudiar los cursos y empezar a entrenar. Desde temprana edad lo tuve muy claro, mis opciones eran entrenar o entrenar. Sabía que iba a vivir momentos muy malos porque se trata de una profesión complicada e inestable. Pero pienso que iba a ser más complicado e inestable dedicarme a cosas que no me llamaban, así que fui con todo.

TRAYECTORIA.

Empezó a entrenar con 20 años al Arenas de Armilla Alevín, el Zaidín Infantil y La Chana Cadete, este último donde asegura que atesora sus mejores recuerdos. Con 23 años, cogió las riendas del filial del Huétor-Vega, su primera experiencia sénior. De Granada se mudó a Almería, donde entrenó al El Ejido juvenil, logrando números inéditos. De Almería a Málaga, donde asumió el rol de segundo entrenador del Puerto Malagueño Juvenil División de Honor. Su última aventura en España fue dirigir al Gabia FC, de 1ª División Andaluza. Fue entonces cuando recibió la oferta del Guizhou Fengyun de China, un club con estructura profesional, con un importante proyecto y que compite en la cuarta división.

¿Qué tipo de formación ha sido para ti la más importante en tu carrera?.

Dice Juanma Lillo que no sabemos por donde aprendemos y que sus años más importantes como entrenador fueron los años donde no entrenó, queriéndonos decir que la formación es permanente, que todo confluye y nada puede concretarse por ser todo tan complejo. ¿Quién es el maestro? El juego, la vida. Para mí, aprender es ir aprendiendo y tiene que ver más con despojarse de las cosas del pasado para estar abierto a nuevas posibilidades que con acumular conocimientos e información que dejaron de existir en el momento presente.

Es atípico encontrarse a entrenadores que no solo se enfocan en lo técnico-táctico, sino que van más allá, ¿Qué relevancia le das a todos esos aspectos comunicativos que debe de tener un entrenador?
Es un poco lo que hablábamos en la pregunta anterior. Dice César Luis Menotti que “quien solo sabe de fútbol, ni de fútbol sabe”. Tendemos a dividir y fraccionar las cosas para hacerlas entendibles, para saciar el hambre de comprensión que tenemos, pero estas divisiones nos alejan del campo de los sentidos asentándose en el mundo de las ficciones, porque el juego no es lo que pensamos del juego.

Es ahora cuando el mundo del fútbol está dudando de la figura del preparador físico -aquel Barça de Guardiola puso todo patas arriba-, descubriéndose que los elementos del juego no suman sino que interactúan y multiplican. No se trata de dividir y especializar para potenciar cada parte, sino de observarlas juntas porque la relación entre ellas genera emergencias y propiedades que no encontraremos en las partes aisladas.

Contestando a la pregunta, me gustan los entrenadores que no se enfocan en lo técnico-táctico sino que van más allá, que saben que el todo es más que la suma de las partes. Este es el valor comunicativo de un entrenador: respetar la unidad en favor de la comunicación entre jugadores, sin parcelaciones absurdas.

“Hay que humanizar el fútbol y esto no tiene nada que ver con defensa de cuatro con doble pivote y transiciones rápidas”

¿Crees importante esa formación más allá del puro fútbol?.

Mis entrenadores favoritos no son entrenadores, son escritores, filósofos,… Así que veo importante que los entrenadores lean y duden, y no dejen de hacerlo. Veo importante que los entrenadores se rebelen contra la imposición de conocimientos, pues lo seleccionado arbitrariamente para satisfacer intereses del poder necesita sublevación en defensa de los intereses humanos, cada vez más difuminados. Pienso que es necesaria una revolución que entienda la evolución, que tenga en consideración la fuerza de los pequeños detalles que solo se perciben con sensibilidad y humildad. Hay que humanizar el fútbol y esto no tiene nada que ver con defensa de cuatro con doble pivote y transiciones rápidas.

¿Cómo gestionas las emociones dentro del vestuario?

Decía Antonio Gala que la verdad es imprescindible porque sin ella dejamos de ser nosotros y empezamos a ser otros, debiendo decirse está con mucho cuidado y desde una posición de perdón. Decir la verdad con cuidado, tratar a los demás humanamente, esto es lo que da salud a mis emociones e intento en mis equipos. La autogestión como única posibilidad para inspirar otras.

“Los entrenadores deberían formarse para no desechar el talento natural y creativo de los jugadores”

¿Cómo decidiste hacer las maletas y poner rumbo a China? ¿Qué te llevó a plantear esa opción como real y tomar la decisión?.

Todo surgió gracias a una columna deportiva en el periódico IDEAL de Granada, donde escribo semanalmente desde 2017. La columna llegó a José Hernández, un director deportivo español trabajando en China, que empezó a interesarse por mi trabajo y trayectoria y necesitaba un entrenador en ese momento. Así me llegó la oportunidad de venir aquí, una oferta que no pude rechazar porque suponía ganar en calidad de vida y seguir abriendo vías en este mundo tan complicado.

“Decir la verdad con cuidado, tratar a los demás humanamente, esto es lo que da salud a mis emociones e intento en mis equipos”.

Esta pregunta es prácticamente ineludible en estos momentos ¿Cómo has vivido y vives, estando en China, esta situación de pandemia en la que nos encontramos?.

La última vez que fui a España fue en diciembre de 2019, por lo que me ha tocado vivir toda la pandemia en China. Tuve la oportunidad de regresar a Granada en enero y febrero, pero decidí quedarme porque confiaba en el comportamiento y solidaridad de los ciudadanos chinos. Nosotros estuvimos un mes de cuarentena y dos meses de semi cuarentena, hasta que en mayo volvimos a la normalidad. Ahora llevamos 5 meses sin noticias del virus, sin necesidad de portar mascarillas, caminando por las calles y reuniéndonos en los parques, pudiendo ir a gimnasios, restaurantes y centros comerciales como hacíamos antes.

Por último, ¿crees que los entrenadores están cada vez más y mejor formados?.

Los entrenadores deberían formarse para no deformar con formación, para no desechar el talento natural y creativo de los jugadores. Para mí, la función de los entrenadores es dejar ser en libertad sin preocuparse por ese libertinaje propio de los que no saben jugar al fútbol. La intención futbolística no debería ser más que reintegrarse en el eterno círculo de la naturaleza ilustre, noble e indecible.

Un libro que puedas recomendar: “Cualquiera de Jiddu Krishnamurti”.